Ana Barriga

¿Quién quiere ser artista?

Aunque vivamos en la era del ghosting, el usar y tirar y que parezca, que todo sólo tiene valor durante 15 segundos. Ana Barriga viene a poner en cuestión que otras realidades son posibles, que a través del esfuerzo, se puede ser camarera, estudiante, reshulona, artista internacional, y alienígena en una misma vida. Solo hay que pulir aquello que permanecía olvidado en el pasado para que vuelva a brillar con otros colores.

Biografía

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, actualmente vive y trabaja en Madrid. Ana Barriga cuenta entre sus últimos logros curriculares con el Premio Internacional de Pintura de la Fundación Focus, el de Artes Plásticas de la Universidad de Sevilla, CICUS y Generaciones 2019, ambos conseguidos en 2017; ha sido seleccionada en distintas Becas de Residencias para creadores y cuenta con piezas en colecciones como la del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga o la Colección DKV.

En su trabajo trata de encontrar el equilibro entre la razón y la emoción, dos territorios aparentemente contradictorios que, al friccionar, generan un tipo de energía que le interesa. Procura moverse en el ámbito de lo lúdico, un lugar compartido por artistas y niños, donde se abandonan los prejuicios y aflora la parte más inesperada de nosotros. El humor, el juego o la ironía son modos de posicionarnos ante la realidad de una manera distinta e inesperada, de romper patrones comunes. De ahí surgen situaciones imprevisibles que desprenden frescura y nos resultan atractivas porque no se ajustan a modelos prefijados.

El juego es muy importante tanto en su obra como en su modo de trabajar, y esa idea queda patente en tres ámbitos principalmente. En los elementos representados: la mayor parte son piezas infantiles, objetos decorativos o de uso cotidiano, así como en la forma de tratar y configurar esos elementos: los pinta, rompe, mutila, ensambla o compone de tal o cual forma, como si estuviese jugando con ellos, y también en la manera en que afronta una pieza: prueba, borra, repinta, modifica e incluso interviene con spray como si se tratara de un acto vandálico hacia su propia pintura.